Los biosensores de glucosa y colesterol, que miden el nivel de drogas y trasmiten datos al Smartphone, son un paso adelante en lo que se ha dado en llamar medicina personalizada.
Este chip subcutáneo tiene una medida aproximada de 1 centímetro cuadrado, y se implanta bajo la piel, transmitiendo información directamente al teléfono inteligente.
El chip subcutáneo que se ha desarrollado para ser implantado bajo la piel, con el objetivo de medir las distintas concentraciones de diversas moléculas en la sangre, como la glucosa y el colesterol, podría en un tiempo futuro ayudar a los médicos a monitorear en tiempo real, el estado de saludo de un paciente o hacer un seguimiento constante de las dosis de un medicamento en particular.
El chip subcutáneo, es el primero en el mundo capaz de medir, no solo el PH y la temperatura del cuerpo, sino también cuantificar la presencia de drogas y moléculas relacionadas con el metabolismo como la glucosa, lactato y el colesterol.
Pero, como lo hace? El chip subcutáneo contiene tres componentes principales: Uno es un circuito equipado con seis sensores. Otro es una unidad de control que analiza las señales de entrada y finalmente un módulo de radio.
El grupo de sensores electroquímicos reacciona con una amplia gama de compuestos para hacer detecciones durante varios días o semanas.
El chip subcutáneo posee un inductor que obtiene la energía de una batería externa, unida a la piel por medio de un parche adhesivo. Los datos recogidos en vivo se envían al móvil a través de un módulo Bluetooth, lo que permite ver en vivo la respuesta de la prueba de sangre.
El biosensor ha pasado la primera prueba realizada con ratones en laboratorios. El equipo médico fue capaz de grabar sin interrupción los niveles de glucosa y el acetaminofeno (un medicamento común con analgésicos), a diario de forma inalámbrica.
Los científicos creen que los resultados preliminares son muy alentadores, y sugieren el inicio de los ensayos clínicos en humanos dentro de tres años. El procedimiento se describe como sencillo y discreto: para que funcione correctamente el chip subcutáneo debe de hecho ser implantado justo debajo de la epidermis.
Esta tecnología parece adecuada para alimentar la denominada medicina personalizada, en la que el estudio de las estrategias terapéuticas, para medir a los pacientes y que permitirá aumentar la eficacia de un tratamiento de reducción de los efectos secundarios es de vital importancia para conocer el impacto de las drogas sobre el metabolismo de forma precisa y en tiempo real.
Descritos por la ciencia ficción durante décadas, los microchips subcutáneos en los seres humanos, son una realidad desde el año 1998 gracias a los experimentos llevados a cabo por científicos británicos, los cuales utilizaron un dispositivo de identificación (RFID).
Con el correr de los años la tecnología, diseñada para almacenar y retransmitir los datos al instante de una persona, ha sido objeto de muchas y muy serias investigaciones, las cuales han ampliado los horizontes de la ciencia y de la medicina.
Aunque muchos sintieron que en los primeros años estos dispositivos se utilizaron principalmente para fines de identificación y ubicación, alimentados por ciertas teorías de conspiración no probadas, hoy en día entendemos que es el mecanismo idóneo para lograr una atención médica real, rápida, inmediata y eficaz a la que todos los seres humanos tenemos derecho.